El invierno ya de por sí es duro. Si encima le ponemos unos cuantos centenares de vikingos, unos cuantos gigantes con cuernos y una amenaza que pretende destruir nuestro mundo, de la cual hasta nuestros enemigos huyen, pues no nos podemos quejar. Con The Banner Saga nos espera un épico viaje por las gélidas tierras de un mundo basado en la mitología nórdica. Una bocanada de aire fresco -en el sentido más literal-, en cuanto a temática fantástica.
El juego es el resultado del trabajo de tres veteranos de BioWare, que decidieron fundar su propio estudio y recaudar fondos mediante Kickstarter. El primer día ya consiguieron el objetivo para The Banner Saga y lo terminaron multiplicando por siete. Esto no es algo difícil de entender, puesto que este RPG indie es realmente llamativo a primera vista.
No hay que confundir este lanzamiento con The Banner Saga: Factions, un free to play lanzado a modo de avance de este juego a principios de 2013, que solo incorporaba el aspecto de las batallas en modo multijugador. Ahora, The Banner Saga trae la experiencia al completo con el modo para un jugador, haciendo que todo cobre sentido, gracias al contexto y la aventura.
Detallados personajes pintados a mano, como en un clásico de Walt Disney, centran esta aventura épica de rol táctico donde las decisiones que tomemos son importantes. Aunque no esperemos grandes animaciones, ya que la mayor parte del juego se basa en cuadros estáticos de diálogo que, lamentablemente, solo están en inglés por ahora. Los personajes mueven sus ojos y la brisa ondean su ropa, pero no esperemos oír sus voces. Pero no nos dejemos engañar, más vale que nos quedemos con la sensación inicial, ya que incluso con estas limitaciones nos espera un juego que nos enganchará.
El bello paisaje nevado, acompañado por la banda sonora magistral de Austin Wintory, evoca una gran sensación de desolación. Una vasta expansión por la que veremos avanzar nuestras tropas tras el estandarte, bajo el cual humanos y Varls -vikingos gigantes- han vuelto a unirse contra un enemigo común, los Dredge, y algún poder oscuro que los ha despertado y llevado de nuevo a invadir los asentamientos de humanos y gigantes.
En The Banner Saga crearemos un equipo de héroes, ampliándolo a lo largo de la aventura, con los que lucharemos contra los Dredge y otros enemigos -hay humanos malos también sueltos por ahí. Las luchas se realizan por turnos en una retícula y nos esperan muchas de ellas, a cada cuál más complicada. Cada personaje tiene atributos y habilidades especiales, aunque lo más importante es el nivel de escudo y de vida. Para poder derrotar a un enemigo, debemos centrarnos en destruir su defensa primero ya que de otra forma, nuestros ataques apenas les causarán un rasguño.
En un mundo donde predomina el blanco, nuestras decisiones y sus resultados ocuparan todos los tonos de gris.
Si un personaje cae en batalla recibirá heridas que tardarán días en curarse, algo importante si tenemos en cuenta que las raciones de comida están limitadas y nuestro ejercito está hambriento. A medida que avanzamos por este mundo nórdico, las raciones irán disminuyendo y, si nos quedamos sin, cada día que pase iremos perdiendo seguidores y luchadores. El equilibrio entre bocas a alimentar y comida es un aspecto fundamental, que puede limitar enormemente la moral de la tropa.
Podemos reposar nuestros héroes, así como reponer la ansiada comida, en los varios campamentos, pueblos y ciudades que iremos encontrando. En el mercado podremos encontrar, también, objetos de valor para reforzar los atributos de nuestros personajes. Tanto la comida como los objetos se compran mediante el «renombre», la moneda del juego, que se consigue derrotando a los enemigos en las batallas o tomando ciertas decisiones que resultan ser populares.
Y la cosa se complica -o beneficia- con dichas decisiones. A medida que el estandarte avanza, irán ocurriendo situaciones que pondrán a prueba nuestra capacidad de liderazgo y resolución de problemas. Nuestras decisiones son importantes, pudiendo hacer que nos quedemos sin algún héroe al dejarlo marchar o que unos ladrones que habíamos confundido con unos apacibles campesinos, pasen a robarnos la mitad de nuestras raciones. Estas decisiones no influyen en el progreso general de la historia ya que, al fin y al cabo, no tenemos mucho control sobre a donde se dirige el estandarte y sus seguidores. Sin embargo, los niveles de seguidores y la comida determina el estado en que podremos afrontar la guerra contra los Dredge. En un mundo donde predomina el blanco, nuestras decisiones y sus resultados ocuparan todos los tonos de gris.
A veces, nos veremos en vueltos en batallas entre dos ejércitos, donde podemos decidir que estrategia afrontamos en función del número de enemigos, desde cargar a realizar una retirada inmediata. Estas decisiones afectarán el número de vidas que se perderán en nuestro bando. Y por supuesto, podemos entrar en la batalla con nuestros héroes.
En cuanto a las batallas se refiere, puede que a veces se eche un poco en falta más variedad en cuanto ataques y enemigos, pudiendo hacer que el tema resulte un poco repetitivo. Sin embargo, aunque parezca la mismo gigante enemigo, por ejemplo, diferencias en el color y sus atributos harán que la cosa se vaya complicando a medida que vamos ganando los encuentros.
Este no es un juego que se termina en dos horas cuál una sesión de cine. Tenemos decenas de horas por delante nuestro, a un ritmo que tira más hacia lo apacible que hacia lo frenético, alternando los encuentros tácticos con la narrativa mediante diálogos. La historia se va desvelando poco a poco. Inicialmente es difícil conectar con ese montón de personajes, pero la confusión inicial -especialmente con tanta palabreja nórdica- irá cobrando sentido a medida que la aventura avanza. También nos dolerá cada vez más perder a un personaje en batalla aunque, por suerte, no se pierden a la X-COM desapareciendo para siempre, sino que generalmente son heridos y si tenemos encuentros seguidos, no podremos contar plenamente con ellos. Al fin y al cabo, lo que no nos cuentan con diálogos, lo acabamos creando con nuestras mentes.
The Banner Saga pretende ser una trilogía, siendo el éxito de este primer título el que determinará si el proyecto continúa.
[titulo texto=»Conclusión»]The Banner Saga es una experiencia solitaria, donde disfrutaremos de los espectaculares paisajes cuidados hasta el mínimo detalle y de los igualados encuentros contra los enemigos, regocijándonos al sobrevivir cada batalla. Aunque alguna de ellas pueda resultar tediosa a la larga, la aventura tras el estandarte rojo y la constante toma de decisiones para sobrevivir entre lucha y lucha, convierten a este juego en una experiencia cuidada y memorable, y todo esto acompañado con una épica banda sonora de lujo. The Banner Saga engancha de principio a fin.
The Banner Saga está disponible para Windows y Mac, mediante Steam.
Nos consolamos con:
- Diseño artístico de espectacular belleza.
- Decisiones que realmente afectan el estado de las tropas y héroes.
- Batallas que suponen un buen reto.
- Banda sonora orquestral de Austin Wintory.
Nos desconsolamos con:
- Únicamente en inglés, siendo esencial para entender la historia.
- Se echa en falta más animación.
- Algunas batallas son repetitivas, echándose en falta algo de variedad de los enemigos.
Ficha
- Desarrollo: Stoic Studio
- Distribución: Versus Evil
- Lanzamiento: 14/01/2014
- Idioma: Inglés
- Precio: 20,00 €
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