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OhShape

OhShape

Una de las sorpresas más agradables que me llevé en la pasada Gamescom 2019 fue sin duda OhShape. La obra de Odders Lab era otro juego musical para VR de los que hay a patadas, costando a veces ver desde un primer momento qué hace único a cada uno de los juegos. Es cierto que, al probarlos a fondo, ves sus diferencias, aunque el aire a Beat Saber está muy presente en la mayoría de propuestas.

De hecho, para la similitud más obvia, nos tenemos que remontar unos cuantos años al programa de televisión «Hole in the Wall» (no recuerdo el nombre que le pusieron en su breve paso por España), donde hay que adoptar ciertas formas para poder pasar por un muro. ¿Cómo se puede aplicar esto a un juego musical? Con coreografías, y es esto lo que hace tan especial a OhShape. Ahora que el juego ha salido de Early Access, llega el momento de analizar la propuesta al completo, y ver si esta manera tan única de disfrutar de la música ha dado sus frutos, o se caería al agua por no superar el muro que le toca.

A la hora de jugar, el concepto de OhShape es muy, muy sencillo. Varios muros van a venir hacia nosotros, teniendo que adoptar la posición de la silueta que tienen, para así pasarlos sin «chocarnos» con ellos. A su vez, habrá paredes amarillas que debemos esquivar, unos muros rojos que derribar de un puñetazo donde nos indiquen, y monedas opcionales para recoger en búsqueda de una puntuación mayor.

OhShape

Hay un tutorial que nos explica todo esto, pero la gracia es que las mecánicas son muy fáciles de entender, pero dominar OhShape será otro cantar. Porque sí, sobre el papel es fácil superar cada canción, pero las siluetas en los muros están planteadas como movimientos de una coreografía. Porque sí, aquí hemos venido a bailar, y de paso, a hacer ejercicio, porque estamos ante otro título que nos va a hacer sudar de lo lindo.

El mapeo de las 12 canciones con las que viene el juego es excelente, para que tengamos que movernos sin parar para mantener la coreografía, y de paso, no perder toda la energía al chocarnos contra los muros. Durante el tiempo en Early Access, se nota cómo el estudio ha ido mejorando el feedback al usuario, ya que ahora queda muy claro cuál es nuestra posición con respecto a la silueta, gracias a una sombra que veremos en el muro.

Si al cruzar el muro nos lo da como fallido porque la mano izquierda no estaba en posición, entonces vibrará dicho mando. Obviamente, cuando el problema es la cabeza no puede vibrar el casco, pero ver que hemos atravesado un muro con la cara es algo muy, muy evidente. Esto es lo que nos permite ir mejorando poco a poco en OhShape, ya que hay un número determinado de muros a superar (como ocurre con los patrones de cubos en Beat Saber y la mayoría de juegos musicales), con que poco a poco nos sentiremos más ágiles para agacharnos, poner los brazos como en un arco, etc.

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Las paredes a esquivar ayudan a mantener esta coreografía por cómo están planteados, y lo mismo con los muros rojos que se derriban a base a puñetazos. Esta sensación de bailar se incrementa cuando intentamos coger las monedas amarillas, que no afectan a nuestra energía por lo que son puramente opcionales, pero que hacen más gratificante el paso por la canción.

De hecho, esto es algo que OhShape clava desde el primer momento: la satisfacción. Es algo que me recuerda un poco a lo que ocurre en Beat SaberAudica, donde es muy satisfactorio superar una canción tras varios errores, y ver cómo poco a poco vamos mejorando hasta hacer pasos que antes nos parecían imposibles.

Es aquí donde hay que indicar el que claramente es el peor aspecto del juego: el contenido. De serie, el juego solo viene con 12 canciones, sin ningún modo campaña ni nada especial para que vayamos progresando o desbloqueando cosas. Simplemente tenemos todas las canciones con sus 3 niveles de dificultad, y ya está. Es cierto que hay un editor para crear nuestras propias coreografías, pero eso ya requiere bastante habilidad y paciencia por nuestro lado. Igual la comunidad nos sorprende haciendo mods de locura como ya ha ocurrido en Beat Saber, pero es un aspecto en el que espero que Odders Lab vaya mejorando con futuras actualizaciones. Además, los temas, aunque están bien («Born to Win» me gusta bastante), no son reconocibles en absoluto, algo que puede ser un plus en cualquier producto.

A la hora de jugar, tampoco nos encontramos con muchos modificadores de la experiencia. Podemos activar el modo invencible para que no tengamos que preocuparnos por los muros con los que nos choquemos (algo ideal al enseñar el juego a algún novato que solo quiere divertirse), o un modo pensado para los que no tenemos mucho espacio para jugar.

Esto sí es un gran acierto por parte de OhShape, ya que por defecto, el título pide algo de espacio, al tener que dar buenos pasos laterales para ir atravesando las diferentes siluetas, esquivar las paredes o coger las monedas. Esto me hizo sufrir un poco al jugar en mi habitación, donde el espacio es limitado, con que terminaba chocándome un poco con la silla del escritorio o con el armario, lo que hacía que en los siguientes pasos me moviera menos para no tener un percance mayor.

El modo de espacio limitado arregla todo esto, ya que ahora todas las siluetas aparecen en la misma zona del muro. Esto no significa que dejemos de movernos, ya que igualmente tendremos que menear nuestro cuerpo de lo lindo, pero sin el peligro de dejar un buen agujero en el muro de nuestra casa al jugar.

OhShape

Pasando a los aspectos técnicos, OhShape es un título que apuesta por el minimalismo y la claridad, algo que siempre funciona en los juegos musicales. Esto hace que los colores sean más bien el blanco, el azul, el rojo y el naranja. La imagen se ve muy nítida, y los efectos al romper un muro rojo, o superar con éxito una silueta, nos dan la información necesaria para ver si vamos bien o mal, pero sin que perdamos la atención de lo importante: los muros que no paran de venir hacia nosotros. De hecho, el escenario me parece bastante atractivo, al ser como una especie de ecualizador, con barras que se mueven al ritmo de la música. Son detalles que me gustan, al igual que el modo navideño que hay ahora mismo, en el que se cambian las monedas por regalos, lo que anime incluso más a cogerlos… ¡Igual así ya tenemos regalo para los amigos y familiares!

Conclusión

Los chicos de Odders Lab pueden estar más que contentos, ya que han creado un juego musical que se desmarca de la tendencia actual dentro de la Realidad Virtual, para ofrecernos una forma fresca y muy divertida de hacernos bailar (y sudar) como si no hubiera un mañana.

Es cierto que no es el juego con más opciones y canciones del mercado, pero teniendo en cuenta su ajustado precio y la base tan buena que presenta OhShape, cuesta no recomendar el juego a cualquier amante de los juegos musicales. Como ocurrió en el lanzamiento de Beat Saber, la base, que es lo más complicado, ya lo tienen dominado, y ya «solo» queda seguir añadiendo contenido y llegar a todas las plataformas (jugar en Oculus Quest tiene que ser una delicia al no depender de los dichosos cables) para terminar de pulir este gran diamante en bruto musical.

8

Nos consolamos con:

  • Mecánicas muy sencillas de aprender
  • Geniales coreografías
  • Forma novedosa de hacernos bailar dentro de la VR
  • Buena variedad en los géneros musicales…

Nos desconsolamos con:

  • … Pero las 12 canciones se quedan cortas
  • No hay temas reconocibles en la banda sonora
  • Se echa en falta más contenido, ya sean modificadores para las canciones o modos extra
  • Las agujetas que tendremos después de una larga sesión de juego

Ficha

  • Desarrollo: Odders Lab
  • Distribución: Odders Lab
  • Lanzamiento: 13/12/2019 - PSVR y Oculus Quest próximamente
  • Dispositivo VR usado: Oculus Rift S
  • Idioma: Textos en Castellano
  • Precio: 14,99 €

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