Con los juegos basados en grandes licencias uno nunca sabe qué se va a encontrar. O hacen un producto increíble, como ocurre con los Batman: Arkham, o se pueden hacer grandes desastres, como muchos juegos basados en Star Wars. En el caso de El Señor de los Anillos, los resultados han sido buenos y malos a partes iguales. Algunos títulos eran muy divertidos, y otros dejaban mucho que desear. Por eso había muchas expectativas ante La Tierra-Media: Sombras de Mordor, que apuntaba maneras desde que se anunció, y después de dejar unas sensaciones tan positivas en la Gamescom y en las demás ferias donde se ha mostrado. Pero ha llegado el momento de la verdad, y descubrir si estamos ante un juego que se debería haber quedado a la sombra o arroja una nueva luz sobre la franquicia.
Una nueva visión de la Tierra Media
El protagonista de esta aventura es Talion, un montaraz encargado de proteger la Puerta Negra por si Sauron regresa a la Tierra Media. Al situarse la acción entre «El Hobbit» y «La Comunidad del Anillo», está claro que este regreso va a ocurrir, y es así como empieza la aventura. El Señor Oscuro ha vuelto gracias a sus lugartenientes, en especial por la Mano Negra. Talion y los demás soldados en la Puerta Negra no son capaces de parar el avance de los orcos, por lo que son derrotados, y la familia de Talion es asesinada justo antes de asestarle el golpe final.
Sin embargo, la muerte es solo el principio, ya que Talion vuelve a la vida gracias al fantasma de Celebrimbor, el forjador de los Anillos de Poder. Talion y Celebrimbor han quedado conectados, por lo que tienen que encontrar la forma de poder ambos descansar en paz, y de paso, buscar algo de venganza contra los que mataron a la familia de Talion, y detener a Sauron antes de que desate el caos de nuevo por la Tierra Media.
Es cierto que la historia está cogida con pinzas para los fans de la saga por todo el tema de las resurrecciones y demás, pero como tal, no es un mal argumento. Pero tampoco es uno excelente, ya que Talion no tiene mucha carisma, ni tampoco es muy emocionante todo lo que le va pasando. Sí, hay momentos muy chulos, y el final deja muy buenas vibraciones, pero se podría haber hecho mucho más. Al menos, hay algo curioso, como que en las pantallas de carga escuchemos conversaciones pasadas de Talion, como las que tenía con su mujer e hijo, lo que ayuda a darle más importancia a esa pérdida inicial que no parece tan importante.
Creando enemigos
Lo que no podemos disfrutar en la historia construida, sí que se puede disfrutar con las historias que nos creemos nosotros mismos gracias al sistema Némesis, que es de lo mejor que hay en cualquier juego de acción. Básicamente, este sistema garantiza que todos los enemigos sean únicos, y que recuerden nuestros encuentros con ellos. Esto se aplica en un principio a los capitanes y a los caudillos. Cada uno de ellos se genera de forma aleatoria, tanto en su nombre, apariencia y habilidades.
Además de ser únicos, estos capitanes recordarán todos nuestros encuentros con ellos. Si nos hemos enfrentado y escapan, luego nos atacarán enfadados. Si somos nosotros los que huimos, nos llamarán cobardes. Si nos han matado, se acordarán y se extrañarán. Incluso nos pueden tender emboscadas cuando estamos explorando Mordor, lo que hace que en cualquier momento podamos crear nuestras propias historias con estos enemigos.
Lo mejor de todo es que los orcos más básicos pueden ascender a capitanes si nos matan, y los orcos van luchando entre sí si nosotros no nos metemos con ellos, por lo que estamos ante una sociedad de enemigos viva, que funciona y hace que cada partida sea prácticamente única. También es interesante cómo los capitanes dejan runas, que potencian diferentes habilidades de cada una de nuestras tres armas principales: la espada, la daga y el arco.
Este sistema Némesis es uno de los puntos fuertes de la jugabilidad, pero hay muchísimo más. Para empezar, desde el primer minuto tenemos una de las dos zonas del juego completas para explorar, completar misiones secundarias, llegar a las torres de forja (como las Atalayas) e ir creando ya relaciones con estos orcos.
No nos limitan en ningún momento, sino que nos dan muchas herramientas para hacer lo que queramos y cuando queramos. Sí, al no ir por las misiones principales igual no tenemos algunas de las habilidades principales de Talion, como poder teletransportarse hacia los enemigos, dominar a los animales o enemigos, lo que hará algunos combates mucho más desafiantes. Sin embargo, eso le añade un reto adicional, ya que no estamos ante un paseo por el parque, sino que la dificultad está muy bien ajustada.
En ese sentido, es genial cómo hay una gran evolución en nuestro personaje, ya que al principio podemos manejar bien a unos pocos orcos, pero con muchos lo pasaremos realmente mal. Pero luego, cuando ya seamos poderosos tras subir de nivel para desbloquear mejoras, enfrentarnos a pequeños ejércitos casi sin despeinarnos, aunque luego volveremos a sufrir cuando nos ataquen varios capitanes al mismo tiempo.
Una combinación jugable muy divertida
Comentando más en detalle la jugabilidad, estamos básicamente ante una combinación de Assassin’s Creed y Batman: Arkham. En cuanto al primero, tenemos un sistema de parkour para escalar edificios y superar obstáculos, usando apenas un botón para ello. Además, podemos usar el sigilo para acabar con los enemigos desde atrás, las alturas o las cornisas. Pero aun así, mejora respecto a lo visto en la saga de Ubisoft, ya que realmente hay mecánicas de sigilo (como poder agacharnos), o podemos crear sonidos en puntos concretos para atraer a los enemigos.
Luego, cuando llega la hora de combatir, el sistema de combate de las últimas entregas del Caballero Oscuro entra en acción, con grandes combos usando un botón para atacar y otro para contraatacar. Y luego, cuando nuestro medidor de combos ha llegado a un número concreto, podemos usar algunos de los ataques finales a los que tendremos acceso a lo largo de la aventura.
Pero al igual que en todo el tema de la exploración y el sigilo hay cosas de cosecha propia, aquí también, sobre todo en lo referente a los combates contra los capitanes. Estos orcos tienen habilidades especiales, miedos y demás que podemos potenciar para cambiar las tornas del combate en nuestro favor, o si vamos con algo que odian, como un caragor, igual se hacen más fuertes.
Esto está muy bien, pero lo principal es el meternos en la jerarquía de orcos por nosotros mismos para crear un ejército. Hacia la mitad de la aventura podremos marcar a los enemigos para dominarlos. Esto lo podemos usar en combates normales, para así crear estrategias como marcar a los arqueros de una fortaleza, dejarlos como agentes durmientes, y cuando tengamos la zona controlada, activarlos para así tender una emboscada.
Esto ya es genial de por sí, pero cuando dominamos a un capitán o a un caudillo, se abre todo un abanico de posibilidades. Si tenemos a un capitán de nuestro lado, podemos hacer que se convierta en guardaespaldas de uno de los caudillos de la zona, para que luego luche junto a nosotros una vez ataquemos a dicho caudillo. También podemos hacer que se vaya peleando con otros capitanes para que poco a poco aumente su poder. Y si finalmente tenemos dominado a un caudillo, podremos iniciar una pequeña guerra contra otro caudillo.
Estas interacciones son fantásticas, y sencillamente te podrías tirar horas y horas solo jugando así con los orcos. Por suerte, el juego ofrece bastante más gracias a las misiones secundarias en las que hay que liberar a esclavos, forjar la leyenda de nuestro arco, espada y daga (el uso de las tres está muy logrado para que se complementen a la perfección), o superar los retos de supervivencia al coger hierbas concretas y los de caza al matar unos animales específicos.
Todas estas misiones son muy divertidas, dándonos bastante libertad para completarlas (salvo quizá las de sigilo, que son las más restrictivas), y sencillamente enganchan. Es una pena que las misiones principales no sean tan redondas, ya que entre scripts y scripts, todo parece más bien un tutorial para ir desbloqueando las habilidades que podemos usar luego como queramos para crear nuestras propias historias. Esto no quiere decir que sean malas, pero sí que podían ser mucho mejores.
Entre todas estas actividades y los coleccionables que hay, tenemos un juego que nos puede durar fácilmente entre 15 y 20 horas para completarlo al 100%, siendo estas horas divertidas desde el primer minuto.
Mordor es más bonito de lo que parece
Si jugablemente estamos ante un título redondo, en lo técnico no se queda atrás. Gráficamente el juego es muy bueno. Por un lado, las cinemáticas, hechas con el motor del juego, son increíbles, con unas expresiones faciales y animaciones muy trabajadas. Se nota ahí la captura de movimientos utilizada, en especial con Gollum, que se mueve exactamente igual que en las películas. Cuando pasamos a jugar se puede apreciar un pequeño bajón, pero sigue luciendo muy espectacular.
El diseño de todos y cada uno de los personajes es ejemplar, con detalles por todas partes, algo que se comprueba al examinar detenidamente a los orcos o al propio Talion. Sus animaciones también son geniales, haciendo que los combates sean muy vistosos. Aunque seguramente lo mejor sea el apartado artístico en sí. Ya hemos visto Mordor en las películas de El Señor de los Anillos, y una de las dos partes del mapa ciertamente se asemeja a lo visto: un páramo seco, oscuro y que da la sensación de que el mal acecha por todos lados. Sin embargo, la segunda parte del mapa es un bosque lleno de vegetación y vida, reaccionando todo a nuestro paso con mucho cuidado. Ambos escenarios son preciosos a su manera, y cuando además empieza a llover, el espectáculo es inmejorable.
El sonido también está a un gran nivel, gracias al increíble doblaje al castellano de todas las voces, y del acertado uso del altavoz del DualShock 4 en la versión de PS4. Eso sí, es curioso cómo han decidido crear una BSO desde cero en vez de aprovechar la de la franquicia cinematográfica. El resultado es bueno, pero no tan épico como en el cine.
Conclusión
La Tierra-Media: Sombras de Mordor es un juego redondo en todos sus apartados. Jugablemente combina a la perfección los estilos de Assassin’s Creed y Batman: Arkham, pero con la genial novedad que supone el sistema Némesis y que da pie a que creemos nuestras propias historias. Los gráficos y el sonido no se quedan atrás, redondeando una experiencia que te absorbe desde el inicio hasta el final.
Es una pena que la historia no sea tan espectacular como la premisa podría indicarnos, pero eso no impide que estemos ante uno de los mejores juegos del año. Es divertido, adictivo y muy completo. Puede que no se le haya dado mucho bombo, pero estamos ante un firme candidato a GOTY al hacer tan bien todo lo que se propone.
Nos consolamos con:
- Mucha libertad para hacer lo que queramos y completar las misiones como queramos.
- El sistema Némesis.
- La genial combinación entre las jugabilidades de Assassin’s Creed y Batman: Arkham.
- Divertido, adictivo y bastante completo.
Nos desconsolamos con:
- Tanto la historia como las misiones principales podían haber dado mucho más de sí.
- Si solo nos centramos en las misiones principales, el juego se acaba en un suspiro.
Ficha
- Desarrollo: Monolith Productions
- Distribución: Warner Bros
- Lanzamiento: 03/10/2014 (21/11/2014 en PS3 y Xbox 360)
- Idioma: Castellano
- Precio: 69,95 €
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