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Assassin’s Creed III

La saga Assassin’s Creed ha ido evolucionando título tras título. En ocasiones más, en ocasiones menos. A lo mejor los cambios se quedaban, o a lo mejor se descartaban. Pero siempre ha intentado mejorar con cada nueva entrega. El cambio más evidente lo encontrábamos, hasta ahora, en el salto que hubo entre una lenta primera entrega y una segunda mucho más dinámica y variada. Las dos entregas principales que siguieron no hicieron más que intentar pulir (con mayor o menor éxito) la joya que era Assassin’s Creed II, y aunque lo cierto es que a su manera mejoraban lo visto en la primera entrega protagonizada por Ezio, las novedades no se hacían tan evidentes. Ahora, con la tercera entrega numerada en la saga, y con un cambio de co-protagonista, es un buen momento para ver si logra sorprender tanto como lo hizo la primera aventura de Ezio. A continuación, podéis leer mi análisis del juego.

Tomando el final de Assassin’s Creed: Revelations como punto de partida (y tras ver un breve resumen de lo que ha sucedido en la saga hasta ahora), la nueva aventura de Desmond empieza.

Comenzaremos con un tutorial que sucede en la ópera de Londres y sirve para ponernos en situación (bastante largo, por cierto), y tras unos acontecimientos que no voy a comentar para no chafaros la sorpresa, nos pondremos en la piel de Connor Kenway, un nativo americano cuyo nombre real es Ratohnhaké:ton (nombre que, por cierto, no volveré a usar en este análisis puesto que es harto complicado de escribir. Y sí, puedo hacer un copiar + pegar, pero lo único que lograría con esto es hacer que vuestra lectura fuese más tediosa). Éste, de bien pequeño, será testigo de cómo su aldea es atacada y de la muerte de su madre. Este hecho, obviamente, le marcará y hará que emprenda un viaje de venganza.

Y aquí, amigos, es donde empezará lo bueno: Connor, tras hablar con una anciana de su tribu y ver un “extraño” símbolo (porque para nosotros ya es conocido) durante una visión digna de un conocido programa sobre lo paranormal dirigido por Iker Jiménez, decidirá ir en busca de un tal Achilles. Este personaje resulta ser un anciano que, aunque reacio en un principio, nos entrenará en esto de ser un asesino. Transcurrido un tiempo, y ya habiendo dominado el arte del asesinato, nos encargaremos de cumplir nuestro juramento.

Con Connor ya más mayorcito, visitaremos las ciudades de Boston y Nueva York en el período de la revolución americana, siendo testigos (e incluso partícipes) en algunos de los hechos que marcaron ese período y que, probablemente, os suenen de los libros de historia, como por ejemplo el Motín del Té en Boston (tranquilos, que para los que no sepáis en qué consistió, os diré que en 1.773 varios patriotas americanos lanzaron unos cargamentos de té a la bahía como protesta contra el mandato inglés y un reciente impuesto sobre los bienes que se importasen en la ciudad, incluyendo el propio té). Y claro, si estamos en sitios clave, es lógico pensar que conoceremos personajes clave, como George Washington.

También visitaremos una zona llamada La Frontera, en la que encontraremos algunos asentamientos de colonos, la aldea de la que procede Connor y naturaleza, mucha naturaleza: árboles (por los que nos podremos mover rápidamente), ríos, rocas, etc. Incluso nos toparemos con algún fuerte de los ingleses (que podremos conquistar si completamos unos sencillos objetivos). Y no nos olvidemos de la Hacienda, que recupera (en parte) el papel de la villa de Montereggioni, convirtiéndose en nuestra base de operaciones que iremos mejorando y ampliando al ayudar a diferentes personas. Ah, y recordad que también tenemos a disposición un barco con el que surcar la costa este de los actuales Estados Unidos, y es que si bien no tenemos libertad total (para ponernos al mando debemos seleccionar misiones en diferentes zonas), nos permite movernos por extensos y cuidados mapeados.

Todo esto lo viviremos con Connor, pero recordad que en el fondo, el protagonista de la cuestión es Desmond. Con él estaremos casi todo el rato en el nuevo escondite de los asesinos, pero lo cierto es que visitaremos algún otro punto del globo. Estos escenarios, aunque algo escasos (apenas tres en todo el juego) están muy bien realizados, y demuestran que incluso en la era actual un Assassin’s Creed puede tener gancho.

Aquí, además, encontraremos viejas caras conocidas e incluso visitaremos un escenario del pasado, todo para ayudar a nuestro protagonista a acabar con la amenaza de los templarios. Por desgracia, los toques paranormales que impregnan todas las tramas de esta saga hacen que el final de la historia de Desmond resulte un poco decepcionante, aunque lo bueno es que deja lugar a otras posibles tramas.

Pero no avancemos acontecimientos y volvamos con nuestro amigo Connor. Las misiones, por lo general, se han hecho más interesantes. O mejor dicho, se han eliminado de la trama principal la mayoría de encargos de mensajero que realmente no aportaban nada (todavía queda alguna, pero esta vez tienen alguna coherencia y están puestas para que seamos testigos de algo concreto). Eso sí, siguen apareciendo aunque en forma de misiones opcionales: contratos de marinero, desafíos de diferentes clubes (club de caza, club de lucha y los Hombres de las Montañas), etc. También seguimos encontrando multitud de coleccionables, que nos servirán para desbloquear nuevos objetos e incluso misiones especiales. Unas misiones que, por cierto, son muy buenas y espectaculares, dignas de… digamos… Uncharted.

Otro detalle que encontramos es el tema del comercio, y es que tanto los materiales que encontremos al abrir cofres (algunos de ellos con una cerradura que reventaremos mediante un sencillo minijuego), saquear cadáveres o despellejar los animales que cacemos (porque sí, además de los caballos, encontramos diferentes animales salvajes que actúan de modo muy realista al relacionarse entre ellos, con el jugador y con el entorno) podremos mandarlos en caravanas comerciales para ganar un buen dinero extra con el que adquirir nuevos colores para nuestra túnica de asesino, nuevos materiales que nos proporcionarán los habitantes de nuestra Hacienda o nuevas armas.

También hay que añadir que se han recuperado elementos que se quitaron en capítulos anteriores, como la posibilidad de ir a caballo incluso dentro de las ciudades (aunque es algo que realmente tampoco se usará demasiado, es positivo encontrarlo) o la «conquista» de la ciudad para reducir la influencia templaria (varias misiones cortas de diferente índole que, además de reducir la presencia templaria, nos recompensan con un nuevo miembro de la Hermandad y una habilidad única para los asesinos bajo nuestras órdenes) y se han añadido nuevas posibilidades (escalar árboles y rocas con la misma facilidad que escalamos edificios).

Pero lo más atractivo, sin duda, es el renovado sistema de combate. Vale, los principios son los mismos que hasta ahora, pero su ejecución, timing y posibilidades han cambiado. Por ejemplo, podemos coger a un enemigo para que nos sirva de escudo humano cuando veamos que nos van a disparar, o incluso podemos realizar un doble asesinato en contraataque en el momento en que dos soldados enemigos decidan atacarnos simultáneamente (aunque es bastante raro), o incluso podemos realizar una ejecución dual si usamos un arma principal y una secundaria (por ejemplo el tomahawk y el arco). Aunque se ha perdido alguna función (ya no podemos coger a un enemigo por que sí y lanzarlo), se ha intentado suplir de la mejor forma posible. Y creedme, se ha logrado puesto que el resultado es mucho más entretenido que antes. A esto ayuda mucho también el hecho de que se haya seguido potenciando el combate más activo (aunque hay que decir que contraatacar sigue siendo muy efectivo), premiando a aquél jugador que ataca a los diferentes enemigos permitiéndole, por lo general (porque hay enemigos que se resistirán), ejecuciones instantáneas tras un par de muertes seguidas.

Por último, otro aspecto que se ha visto potenciado es la variedad a la hora de acabar con nuestros enemigos, gracias a los diferentes tipos de armas, diversos utensilios y técnicas (los asesinatos con el dardo con cuerda no tendremos muchas oportunidades de realizarlos, pero resultan tan espectaculares que se agradece enormemente la posibilidad de hacerlos).

A nivel gráfico, podemos apreciar una gran mejoría. No es que cada elemento, a nivel individual, tenga una gran mejora (aunque, en general, se puede decir que sí está mejor hecho cada objeto y personaje que vemos), sino que el conjunto es mucho más sólido: desde nuevos movimientos (para Connor/Desmond como para los enemigos o los civiles) o una mayor cantidad de personajes simultáneos en pantalla, por citar un par de ejemplos. Comentar también que se ha dotado de mayor realismo y «vida» al juego, ya que veremos como los civiles hacen vida y se dedican a actividades cotidianas muy variadas. Alabar también un gran trabajo en la iluminación y, sobretodo, en la climatología, que por primera vez en la saga es cambiante (e incluso afecta a la jugabilidad, haciendo que los desplazamientos por la nieve sean más lentos).

Pero claro, para lograr esto hay que sacrificar otras cosas, y en este caso le ha tocado a la distancia de dibujado. O mejor dicho, al popping, puesto que la distancia de dibujado es muy grande. Tanto que algunos objetos se generan más cerca de nuestro personaje de lo que deberían, y no será extraño encontrarnos con algún objeto que se carga a pocos metros nuestros, ya sea todo el elemento o simplemente sus detalles. Y esto no es todo, porque también hay que decir que es uno de los títulos de la saga con más bugs (aunque creo que ese “honor” lo sigue teniendo el primer Assassin’s Creed de todos). Yo no encontré ninguno especialmente molesto, aunque debo decir que en algún momento oía voces sin que los personajes moviesen los labios o, incluso, un par de veces Connor (o mejor dicho, su caballo) no podía avanzar durante unos pocos segundos. A ver, es en parte comprensible que haya algunos problemas puesto que estamos ante el juego más grande y ambicioso de la saga, pero es igual de cierto que las prisas son malas consejeras.

En el aspecto sonoro seguimos contando con un genial doblaje al español y con unos efectos bien realizados. Además, la banda sonora acompaña bastante bien aunque en muchas ocasiones no la oigamos (ya sea porque no suena o porque estamos tan enfrascados en jugar que pasa desapercibida).

Para terminar con este análisis, voy a comentar un poco el modo on-line. Esta modalidad nos pone, al igual que el modo campaña, en un Ánimus. La diferencia es que aquí no somos los únicos que estamos conectados, ya que cada jugador está en un aparato de estos. Vale, es lógico, por eso es el multijugador, pensaréis. Y tendréis razón. Pero la diferencia es que aquí tendremos objetivos de asesinato durante la sesión de juego, que además se desarrolla en mapas basados en lo visto durante la campaña (aunque no son extraídos directamente de allí). Estos objetivos serán otros jugadores, que deberán ser ejecutados sin que se nos detecte, pero a la vez nosotros seremos el blanco de algún otro jugador.

Por tanto, es vital mimetizarse con el entorno (incluso más que en el modo para un solo jugador) y estar muy atentos, puesto que la interfaz, al igual que en las aventuras de Connor, se ha visto significativamente modificada (y, por qué negarlo, se ha hecho menos evidente y más interesante buscar a nuestra víctima). Por lo demás estaremos ante un multijugador bastante típico (que no malo): al asesinar / huir de nuestros perseguidores se nos entregará experiencia con la que subir niveles, lo que nos permitirá desbloquear perks, mejoras de armas, diferentes skins para nuestro personaje…

Conclusión

Assassin’s Creed III es, sin duda, la mayor y mejor entrega de la saga, y eso que en todos y cada uno de los episodios que hemos ido jugando a lo largo 5 años se ha hecho un enorme esfuerzo por superar lo visto hasta entonces. No es el juego definitivo, ya que viene con unos cuantos fallos y bugs, pero por lo general no logran empañar en lo más mínimo la experiencia. También es importante destacar su larga vida útil, y es que si bien se han eliminado las misiones de paja de la trama principal, seguimos teniendo una gran cantidad de misiones secundarias y búsquedas que realizar. Y no nos olvidemos del modo multijugador on-line, que si bien no es una novedad, sí que se ha visto mejorado y potenciado. Por todo esto, considero que Ubisoft ha logrado que Assassin’s Creed III sea uno de los grandes del año. Y creedme cuando os digo que este año no era algo fácil de lograr. Eso sí, os aviso que si queréis entender bien la trama «global» (que no la de Connor, independiente a lo visto hasta ahora) con el resumen no es suficiente, así que si no habéis acabado los juegos anteriores… no sé a qué esperáis para poneros al día.

Lo mejor

  • El Assassin’s Creed más grande y ambicioso hasta la fecha
  • Largo, variado, espectacular…
  • Corretear por el bosque es tan divertido como hacerlo por las ciudades
  • Nuevos movimientos y nuevas armas para convertirnos en el asesino más letal
  • El barco rompe con la monotonía con mucho acierto
  • La climatología cambiante, bien realizada y con impacto a nivel jugable
  • Gráficamente mejor y con más personajes simultáneos
  • Sistema de combate muy completo y mejorado

Lo peor

  • Popping, fallos gráficos y bugs
  • Algunas de las novedades no se explotan suficiente
  • El final no acaba de convencer

Ficha

  • Desarrollo: Ubisoft Montreal
  • Distribución: Ubisoft
  • Lanzamiento: 31/10/2012
  • Idioma: Totalmente en castellano
  • Precio: 64,95€

Comentarios

  1. Por cierto, durante el análisis no lo he comentado, pero en la version de PS3 (la analizada) hay un conjunto de misiones exclusivas (que, ademas, traen unas armas exclusivas, un skin y nuevas misiones para Assassin’s Creed: Liberation para PS Vita). Estas misiones nos harán buscar un traidor entre las filas de los patriotas en una nueva área del juego. Tal vez no harán que os planteéis la adquisición de la consola y el juego, pero si tenéis posibilidad de elegir esa versión es algo a tener en cuenta.

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