Análisis. Aliens Colonial Marines

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En 2006 SEGA adquirió los derechos de la exitosa franquicia cinematográfica Alien, junto con la 20th Century Fox, y cuatro años después lanzaba al mercado el notable Aliens vs Predator de la mano del británico estudio Rebellion, un estudio que ya sabe lo que es triunfar con la franquicia (ahí están aquellas dos maravillas para PC). El resultado no le debió convencer mucho a SEGA para pasar el testigo de la saga a Gearbox, que justo venían de triunfar con el fantástico Borderlands. Muchos se frotaron las manos ante tal alianza, Alien y Gearbox, ¿qué podía salir mal? Todo caballeros, absolutamente todo. Algo que ya pudimos apreciar los que nos desplazamos a la Gamescom de hace dos años cuando lo vimos en acción por primera vez en el stand de SEGA.

Aliens: Colonial Marines repite la fórmula shooter que tantas alegrías ha dado, una mecánica que parece ser la que mejor refleja el universo del ser más temido de Hollywood. Un juego que busca esa espectacularidad y fidelidad con las películas, y que ha sido noticia antes de ponerse a la venta debido a las duras críticas recibidas tanto por prensa como por jugadores. Ponerse al mando de un proyecto como este siempre es un reto al tener que lidiar con un jugador exigente, dado el amor por todo el universo Alien, y con un listón bien alto que dejó Rebellion en los citados títulos de PC.

Antes de entrar en materia permitidme recordaros un proyecto de 2001 que nunca vio la luz, un videojuego llamado Aliens Colonial Marines que iba a ser lanzado para Playstation 2 y que fue cancelado dada la mediocridad que estaba adquiriendo. Randy Pitchford afirma, y así lo ha manifestado, haber recibido suficiente material por parte de Ridley Scott y James Cameron para la realización del juego, y aunque el propio Randy asegura que este título nada tiene que ver con el fallido proyecto de 2001 (aparte del nombre), lo cierto es que los hechos narrados, así como buena parte del guión, sí han sido rescatados del citado proyecto. Un título para el que han contado con la ayuda de otros estudios como Timegate, Demiurge o Nerve Software, dado que en Gearbox estaban muy liados con la segunda parte de Borderlands. Realmente no se sabe a ciencia cierta quién ha hecho qué (ahí tenemos a Gearbox y Timegate en plena batalla campal), puesto que el juego es tan malo que nadie quiere asumir responsabilidades ni atenerse a las consecuencias. Naturalmente un producto de una factoría tan deficiente conlleva una mala imagen para el estudio responsable de tal atrocidad.

El juego se sitúa tras los acontecimientos de Aliens, justo cuando la Sulaco escapa del planeta con tres tripulantes (la teniente Ripley, el cabo Hicks herido y la niña Newt) en estado de hipersueño, más la mitad superior del sintético Bishop, después que estos volaran la colonia LV-426 con una explosión nuclear. Estos datos son importantes, puesto que los guionistas de este Colonial Marines no los han tenido muy en cuenta (¿acaso no han visto las películas?), y eso que el juego empieza francamente bien, con una transmisión del cabo Higgs con la cabeza vendada informando del estado de la unidad de marines de la USS Sulaco: Todos muertos en combate. La USS Sephora acude al rescate, sin saber exactamente el motivo, ya que en la transmisión se dejaba claro que estaban todos muertos, pero aún así deciden ir para recuperar el informe de vuelo y descubrir lo sucedido. No tardarán en encontrarse hostilidad alienígena, pero lo que no esperaban era encontrarse con mercenarios de la Weyland-Yutari.

Los detalles heredados de la segunda película están presentes en el juego, homenajes por todas partes que gustarán a cualquier fan de la saga cinematográfica. En los primeros compases ya vemos la otra mitad del cuerpo sintético de Bishop en el hangar, las torretas sin munición de las instalaciones médicas, la habitación donde Ripley y Newt fueron atacadas, la cabeza de la muñeca de Newt en las alcantarillas, el ordenador que usó Bishop en el terminal para traer la nave y, por supuesto, el vehículo militar blindado, entre otros (hasta se han atrevido a incluir el sombrerito del chestburster en un bonito guiño a Spaceballs). Da la sensación de haberse basado en estos detalles para conducir la trama y que nos demos cuenta de ellos. Momentos poco sorprendentes al haberlos vivido en otros juegos, pero disfrutables de todas formas, hasta el punto de ser de los pocos aspectos salvables del juego.

La historia es de lo más absurda, sacándose de la manga cosas y situaciones ridículas que no consiguen otra cosa que mofarse de todos los fans (ai cuando lleguéis a los últimos compases del juego). La campaña es insípida y previsible, llevándonos de la mano en todo momento para mostrarnos  aquellos detalles que homenajean las películas y los lugares más emblemáticos de las mismas como Hadley’s Hope (teóricamente arrasado por la explosión nuclear que comentaba), la colonia minera o las cámaras de criogenización. Para rematar la faena, tenemos unas criaturas bien lejos de ser aquellas máquinas de matar perfectas, implacables e inteligentes (ya llegaremos a este punto) creadas por H. R. Giger. ¿A santo de qué han tenido que crear una variante de Alien ciego, que se mueve por los sonidos, u otra especie xenomorfa que nos embiste como si fuera un toro (por suerte, solo aparece una vez)? ¿Acaso no saben que ya hay cómics donde aparecen aliens más “reales” y acordes a la esencia de la saga?

La descompensación que existe entre la potencia armamentística de los marines y los xenomorfos permite situaciones surrealistas como matar a uno con la pistola, de un cañonazo con la escopeta (de lejos la mejor arma del juego), la potencia de la Smart Gun (con apuntado automático incluido) o el devastador lanzallamas, por no mencionar que los mercenarios enemigos son más fuertes e inteligentes que los aliens. Si, también nos ponemos a los mandos del robot montacargas amarillo que usa Ripley en la peli, aunque únicamente está reservado en dos momentos concretos del juego.

Tampoco ayudan mucho unos personajes sin carisma ni profundidad, burdas copias de Vásquez, Hudson y un sintético Bishop que, nuevamente, pone imagen Lance Henriksen. Nos ponemos en el papel del cabo Christopher Winter, encabezando una unidad de los USCM de la USS Sephora liderada por el teniente Cruz, con otros dos compañeros de pelotón, Bella y el artillero Peter O’neal (armado todo el juego con una Smart Gun).

La nefasta Inteligencia Artificial, probablemente la peor que hemos visto en la presente generación, nos deja momentos ridículos como xenomorfos escriptados que vienen sigilosamente por las paredes e inmediatamente bajan al suelo para ponerse a tiro, otros que se limitan a saltar hacia nosotros, golpearnos y saltar hacia atrás indicándonos con la mirada que vaciemos nuestro cargador en su cabeza. Por no hablar de la de nuestros compañeros, auténticos incompetentes que no hacen más que disparar ráfagas a las paredes (o directamente se quedan pasmados sin hacer nada) y teletransportarse, resultando absolutamente inútil tenerlos a nuestro lado, ya que todos y cada uno de los enemigos que aparecen (da igual si son humanos o alienígenas) pasarán olímpicamente de ellos e irán a por nosotros.

Debido a estas conductas preestablecidas, el sensor de movimiento resulta de lo más estúpido, hasta el punto que ni lo usaremos (eso sí, resulta muy satisfactorio tenerlo en las manos).  No existe tensión, síntomas de opresión o agobio, algo característico de la franquicia, sino más bien todo lo contrario. Si en las películas logran esa sensación de angustia y canguelo, en Colonial Marines todo parece una parodia (de las malas, por cierto). Ver a un xenomorfo ciego andando a escasos centímetros de nosotros en plan Chiquito de la Calzada es de risa. Honestamente, estos no son los depredadores de aquel universo que Scott y Cameron plasmaron en la gran pantalla hace treinta años.

A todo ello debemos sumarle un sistema de control rudo y una mecánica de juego de lo menos inspirada, que echa por los suelos toda evolución sufrida por el género FPS en los últimos años. En Duke Nukem Forever tenía su razón, pero aquí resulta incomprensible.

La oferta multijugador del título mejora ligeramente el desaguisado. Lo más destacable sea esa modalidad cooperativa para la campaña, donde podemos jugarla junto con tres amigos, dos a pantalla partida (no hace falta que diga que, por muy malos que sean nuestros colegas, siempre será mejor que jugar con la estúpida IA de la máquina). Al menos compartimos buenas risas por las atrocidades que nos encontramos en la trama. Por otra parte tenemos la vertiente competitiva, con un sistema de rangos compartido con la campaña (en el que, por cierto, los marines ya empiezan con rango 20) en cuatro modos de juego y cinco únicos mapas sin chispa: Batalla es el típico duelo por Equipos donde nos vamos turnando de bando; en Exterminio, los marines tendrán que detonar una bomba en el nido alien rival y estos, por su parte, deberán impedirlo; Escapada es una modalidad en la que tenemos que luchar contra el reloj; y por último, Supervivencia imita burdamente el modo horda de Gears of War para sobrevivir a oleadas de aliens. Modalidades de lo más estándares y con la única innovación de la nueva perspectiva que se le ha otorgado a la especie xenomorfa, que por primera vez es en tercera persona para facilitar un control que ha sido criticado en cada juego de la franquicia. Cinco son las especies alienígenas que tenemos, y que dicho sea de paso, una vez saciemos la curiosidad por probarlas jamás volveremos a cogerlas: soldados, acechadores, reventadores, salivadores y trituradores.

En el aspecto técnico, tras haber visto cantidad de juegos en la actual generación de consolas y tras haber disfrutado de FPS de una factoría gráfica bestial, como es el caso de Killzone 3, ver este Aliens: Colonial Marines nos hace mirar hacia atrás, volviendo a los inicios de Playstation 2 (de hecho, hemos visto mejores gráficos en la primera Xbox, Conker Bad Fur Day, por ejemplo; un verdadero juegazo, por cierto). Es normal encontrarnos con problemas como el tearing (fácilmente apreciable al girar la vista de la cámara), clipping (Aliens traspasando paredes) e incluso popping (lo nunca visto en un FPS, objetos y enemigos que aparecen por arte de magia delante nuestro), por no hablar de los siempre molestos muros invisibles (algo que parecíamos haber olvidado e incomprensible en pleno 2013). Más molesto resulta encontrarse con tantos bugs y glitches: Aliens que se ponen a “bailar” porque se han quedado enganchados con una pared, silla o directamente en el aire, que se ponen a dar vueltas de 360º, compañeros que se atascan con cualquier piedrecita del escenario o que se desplazan sin mover las piernas, etc; lo que viene a demostrar una dejadez total.

Gráficamente estamos ante un producto justito, con un mal uso del Unreal Engine con texturas pobres y de muy baja resolución (con el agravante de la demora en su carga, el talón de Aquiles del motor de Epic), modelados 3D de discutible calidad, carente de animaciones (¿un alien subiendo a dos patas a las barandillas? WTF!), un sistema de físicas verdaderamente malo y unos escenarios repetitivos y muy poco inspirados a nivel de diseño. El trabajo de iluminación merece un apartado aparte, nefasto a más no poder; el ejemplo más claro lo vivimos con una linterna que ilumina en las zonas y puntos que quiere (casualidades de la vida, cuando está a punto de aparecer un xenomorfo por el escenario, nuestra linterna no ilumina esa zona). Un apartado que, honestamente, no está al nivel de lo que se presupone en estos tiempos, más propio de la pasada generación.

Para redondear todo este despilfarro tecnológico tenemos un apartado de sonido vulgar. Empezando por una banda sonora que en ningún momento crea tensión ni está a la altura de la franquicia. Un doblaje a nuestro idioma normalito, por no decir más bien flojo, desincronizado con los labios del personaje que representan, y en algunas ocasiones con un volumen inferior; y eso que tenemos actores de renombre (sin ir más lejos, Nuria Trifol, voz habitual de Natalie Portman o Keira Knightley, o Alfonso Vallés, un actor que no hace falta presentar, ¿verdad?) que en otros juegos rayan a otro nivel. Los efectos de sonido son, en líneas generales, correctos. Como cabía esperar, ahí tenemos nuestro rifle de pulso con su inconfundible sonido, las balas saliendo a borbotones de nuestra smart gun o los chillidos de los alien al morir.

Ya lo dije en alguna otra ocasión, uno al adquirir un juego y tomar el poco tiempo de que dispone para jugar, lo mínimo que espera es pasar un rato entretenido; una diversión que no he visto en Aliens: Colonial Marines. Es difícil creer que este juego haya pasado ningún control de calidad, pero sinceramente, productos como este no deberían la luz jamás. Me sabe muy mal ser tan crítico con un juego que pertenece a un universo que amo (Alien) y que ha sido el trabajo laborioso (o quizá no tanto) de una serie de equipos, pero no podemos obviar el detalle que este juego ha salido al mercado a 60€, un precio absolutamente desproporcionado y descompensado con su calidad.

Conclusión

Por todo lo expuesto en el análisis no podemos hablar de otra cosa que no sea decepción. Aliens: colonial Marines es un mediocre juego de acción en primera persona con el que difícilmente disfrutarán incluso los fieles seguidores de la franquicia. El título no está a la altura de las circunstancias ni de lo que nos habían mostrado/prometido en vídeos y demos, y va de mal en peor a medida que avanza una ridícula historia que, francamente, no tiene sentido alguno. Un FPS genérico y desfasado, lleno de bugs y con un apartado técnico absolutamente descuidado. Si a esto le sumamos lo exigente que es el fan de la franquicia Alien y el alto listón que dejó Rebellion con los dos Aliens vs Predator de PC, resulta comprensible esta decepción y toda la avalancha de críticas que ponen a parir el juego.

Un título muy desafortunado y con carencias en cada uno de sus apartados, que se ha limitado a vivir de la licencia de la 20th Century Fox sin mostrar ni un ápice de ambición por hacer un sistema de juego atractivo o un mínimo de respeto hacia una de las sagas cinematográficas más gloriosas de todos los tiempos. Una experiencia poco recomendable que podría haber sido increíble por tratarse del universo en el que se basa y una de las mayores decepciones de la presente generación.

Lo mejor

  • El universo en el que se basa
  • Los detalles a modo de homenaje a las películas
  • Campaña cooperativa

Lo peor

  • Shooter genérico, sin chispa ni ambición
  • Apartado gráfico desfasado y absolutamente descuidado
  • Graves problemas técnicos y bugs por todas partes
  • IA ridícula, tanto enemiga como aliada
  • Argumentalmente, no hay por donde cogerlo, y resulta un suplicio para el seguidor de la saga
  • Cinco mapas para el multijugador es ridículo

Ficha

  • Desarrollo: Gearbox
  • Distribución: SEGA/KochMedia
  • Lanzamiento: 12/02/13
  • Idioma: Español
  • Precio: 59,95 €

Comentarios

  1. La verdad el AVP del 2010 fue algo decente pero la poca duración del juego decepciono,por eso le tenía desconfianza a este,y no se veía tan mal en los trailers,pero ojalá algún dia igualaran la calidad de los juegos de PC de AVP en uno de Alíen,esos fueron épicos y es una lástima no tener unos así en las consolas de última generación

    • Tanto las imágenes mostradas como los trailers han sido retocados, evidentemente para maquillar el producto y venderlo. Es más, en el tráiler cinemático aparecen secuencias generadas por ordenador que no son del juego. Una vergüenza, vamos.
      El AvP de 2010 es gloria comparado con este, y eso que tampoco acabó de despuntar

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