La PSP ha pasado por muy malos momentos en estos últimos meses, con muy pocos lanzamientos y menos aún que tenían la calidad necesaria como para asombrar a los usuarios. Sin embargo, eso está a punto de cambiar gracias al lanzamiento de PSP Go! y a la avalancha de juegos que nos van a llegar en muy pocos meses.
Uno de los primeros en llegar es Soul Calibur: Broken Destiny, una entrega exclusiva para la portátil que se basa en la cuarta entrega de la saga. Tras jugar largo y tendido os aseguramos que es uno de los mejores juegos de lucha disponible en la portátil, aunque eso no le libra de algunos fallos que nos han decepcionado bastante.
Aunque durante el desarrollo del juego se decía que iba a ser un juego totalmente nuevo con ciertos toques de Soul Calibur IV, lo cierto es que Broken Destiny es un port para la portátil de Sony de esta entrega, como se aprecia claramente en el aspecto gráfico y en la jugabilidad del título.
Así que como en la entrega de sobremesa (y en toda la saga) tendremos tres botones de ataque y uno de defensa. Combinándolos podremos hacer diferentes combos con las armas que llevan los luchadores que, como ya sabéis, es una de la señas de identidad de la saga.
En esta aspecto todo sigue como siempre, ya que los personajes responden muy bien a nuestros comandos, y la cruceta o el stick funcionan a la perfección, dado que al tratarse de una portátil es imposible usar un stick arcade como los de los recreativos, que son los que mayor precisión dan.
Como en la versión de sus hermanas mayores, ahora los luchadores tendrán nuevos indicadores. Uno de ellos es el estado de su armadura, que está dividida en tres partes: superior, medio e inferior. Según vayan recibiendo impactos en esas zonas el indicador se irá volviendo rojo, y si el castigo continúa esa parte de la armadura se romperá, dejando esa zona del cuerpo al descubierto, por lo que un impacto en esa zona quitará más vitalidad. Eso sí, no os penséis que las armaduras se romperán cada dos por tres, ya que ésto sólo ocurrirá en los combates más largos y reñidos, y aún así costará que la protección se rompa. A pesar de esto, es algo que le da realismo y que da pie a crear estrategias de ataque.
El otro elemento que debutó en PS3 y 360 fue el indicador de alma, que nos obligaba a no estar defendiéndonos todo el tiempo, ya que al cabo de un tiempo éste indicador se pone a parpadear, y si el enemigo hace un ataque especial con el botón «R» ganará automáticamente el round con un espectacular golpe definitivo. Sin embargo, al igual que con la rotura de armadura, ésto es algo que no veremos muy a menudo, y si los combates tuvieran menos rounds sería prácticamente imposible ver el resultado de la rotura de alma.
Por tanto la jugabilidad sigue siendo igual de buena que siempre, y aunque no se haya añadido absolutamente nada en este aspecto desde Soul calibur IV el juego divierte de lo lindo, y lo que es mejor, responde perfectamente a cada uno de nuestros comandos.
Es en los modos de juego donde realmente decepciona Soul Calibur: Broken Destiny. Para empezar, no hay ningún modo historia como tal, sino que ha sido sustituido por la modalidad «El Guante». El guion de esta historia nos mete en la piel de un luchador en un total de 34 capítulos, cada uno dividido en varias misiones. En cada nivel hay un diálogo muy mal realizado y casi sin sentido que va narrando cómo nuestro héroe (que no importa lo más mínimo, ya que la historia no varía si elegimos a un personaje o a otro) se une a Hilde y Cassandra en la búsqueda de un antídoto para salvar al padre de la primera. En este viaje nos encontraremos con todos los personajes del juego, pero sin lugar a dudas el guion nunca tiene sentido y no se llega a contar la historia de cada luchador tal y como la conocemos. Simplemente se limita a contarlo de una forma cómica pero que llega a cansar.
Y si en el guion decepciona, el desarrollo de las misiones tampoco se queda atrás. En lugar de tratarse de combates contra diferentes rivales, nuestro objetivo es sobrevivir o contraatacar los ataques enemigos, y para ello tenemos unos pocos segundos. Para completar cada misión tendremos que completar diferentes rutinas de ataque un total de cinco veces, y únicamente será al final cuando haya un combate de verdad tal y como los conocemos. Y lo que es peor, los cinco primeros capítulos son lentísimos (el resto de niveles se acaban en un suspiro) ya que son un tutorial que luego tendremos que repetir durante toda la aventura, pero esta vez sin que nos digan los movimientos exactos que tenemos que realizar. Por esta razón es más que probable que muchos usuarios dejen este modo de lado, y para ser sinceros, no nos extraña en absoluto.
El modo arcade también ha sido eliminado, y la única alternativa es la modalidad «Partida Rápida», que funciona como un falso modo online. Esto es así porque cuando seleccionamos a un luchador pasamos a un lobby en el que elegimos a un contrincante que tiene un nombre propio, un título y unas estadísticas de victorias y derrotas. El objetivo de esta modalidad es derrotar a los rivales que tienen un título que nosotros no poseemos, para al final hacernos con los 200 títulos diferentes que hay en el juego. ¿Y para que sirven? Pues para lucirlos cuando juguemos contra un jugador humano.
En «Pruebas» tenemos tres posibilidades. En las pruebas de ataques recibimos más puntos si conseguimos enlazar varios golpes seguidos, no nos golpean y no fallamos ningún ataque. Las pruebas de defensa son similares, pero obtenemos más bonificaciones por contraatacar. Finalmente, en la prueba interminable nos enfrentamos a una cantidad infinita de luchadores. En las tres variantes hay un porcentaje que aumenta si luchamos correctamente, y cuanto mayor sea más puntos recibiremos por cada ataque exitoso. Sin embargo, no hay ninguna recompensa como tal, y la sensación que esta modalidad te deja es la de jugar a un modo «Supervivencia» enmascarado con otro nombre, ya que si pierdes un combate tienes que empezar desde el principio.
El multijugador es únicamente ad-hoc, lo cual es una lástima, ya que si no tenemos ningún amigo con el juego sólo podremos combatir contra la IA.
El modo creación vuelve a estar presente, y aunque nos permite una gran cantidad de posibilidades, el número de elementos disponibles se ha reducido ligeramente, y por supuesto se mantienen los mismos problemas que en la versión de sobremesa. Para empezar, tendremos que elegir si queremos un luchador masculino o femenino. Tras esto ya seleccionaremos la ropa interior, la coraza, los accesorios, etc. Luego podremos elegir el color del equipamiento, el rostro de nuestro personaje, su peinado y voz. Lo que sigue fallando es que al crear un personaje hay que seleccionarle un estilo de lucha que es de otro personaje original, en lugar de haber otras posibilidades que no tengan los luchadores del juego, tal y como ocurría en Soul Calibur III.
Por tanto, los modos de juego de Broken Destiny son bastante malos, y a los que busquen algo más a parte de combatir se verán bastante decepcionados. Aunque que esto no eche atrás a los más puristas, ya que los combates siguen divirtiendo muchísimo.Sin embargo, seguimos sin entender por qué Namco ha eliminado el modo «Crónicas de la Espada» o lo ha sustituido por alguno similar, ya que era un modo tremendamente variado y entretenido que ya tenía la tercera entrega de la saga.
Si antes hemos sido bastante agresivos en contra de los modos de juego, ya solo nos quedan buenas cosas por decir del espectacular apartado técnico.
Para empezar, los luchadores tienen el mismo look de la entrega de sobremesa, y aunque es obvio que la calidad de los personajes ha descencido (sería imposible que se mantuviera la calidad de la next gen en la portátil), es increíble lo bien que han sido recreados. Desde el movimiento de la tela que sobresale en la ropa de algunos luchadores a sus fluidas y espectaculares animaciones, pasando por los efectos de luz de los movimientos más potentes de los personajes. Absolutamente todo es casi perfecto en los espadachines.
Además, en el juego hay dos nuevos personajes que hacen un total de 29 luchadores diferentes. Uno de ellos es Dampierre, que ataca con unas cuchillas escondidas similares a las de Altaïr (de Assassin’s Creed).El resto de sus movimientos se basan en el engaño y la aparente muestra de debilidad. El segundo personaje de estreno es, ni más ni menos, Kratos, el protagonista de God of War. Este luchador invitado ha sido recreado a la perfección en el juego. Desde la cicatriz en su cuerpo a todos sus movimientos, nos parecerá que realmente estamos jugando con el personaje auténtico. Y lo mejor es que es un personaje muy fuerte, y a la vez fácil de controlar, por lo que hará las delicias de los más inexpertos.
En cuanto al resto de personajes nos encontraremos con los conocidos de la saga, como Siegdried, Nightmare, Kilik, Maxi o Tira entre otros, por lo que no hay ninguna falta reseñable en este aspecto.
En cuanto a los escenarios también nos encontraremos con los mismos que en la entrega de sobremesa, a excepción de los mapas de Venecia (el de Dampierre) y uno similar a uno de God of War (por supuesto, el de Kratos). Lo malo es que todos han bajado varios niveles de calidad, y aunque siguen teniendo unos efectos de luz muy trabajados y las texturas son de calidad, lo cierto es que resultan tremendamente vacíos. Puede que sea por falta de trabajo o que la PSP no puede dar más de sí, pero viendo el trabajo de los chicos de Namco con Tekken: Dark Resurrecction hace un par de años nos hace pensar que es más lo primero.
Los efectos de sonido vuelven a estar muy bien, con una melodía por escenario y unos sonidos convicentes para cada arma. Además, las voces de los personajes no están del todo mal, aunque para ser sinceros la voz de Kratos es la que más calidad tiene al ser la misma que en la versión original de la saga.
En conclusión, Soul Calibur: Broken Destiny es uno de los mejores juegos de lucha para la portátil de Sony, y es un título excelente para revitalizar el catálogo de la consola tras varios meses de sequía. Lo malo es que para los usuarios que ya tengan la cuarta entrega de la saga no les gustará ya que se encontrarán con prácticamente lo mismo, y los jugadores que busquen una buena historia se llevarán un buen chasco.
Pero pese a esto sigue siendo un juego muy recomendable para los más puristas del género que no tengan Soul Calibur IV, ya que esta versión portátil tiene un apartado técnico de lujo (entre los mejores de la consola), la jugabilidad sigue siendo espectacular y completar los cincuenta «éxitos» de los que se dispone el juego (una especie de logros dentro del menú «Récords») lleva muchísimo tiempo, por lo que es más que probable que el juego no salga de la consola en mucho tiempo si os encontráis en este grupo de usuarios. Si no es así os recomendamos que os esperéis a la versión portátil (o de sobremesa) de Tekken 6, o que os hagáis directamentecon Dissidia: Final Fantasy si os gusta la lucha y esta mágica saga, ya que os encontraréis con un juego mucho más completo que éste.