[Gamescom 2019] Ary and the Secret of Seasons. Recuperando el espíritu de los plataformas de PS2

Ary and the Secret of Seasons

Crecí jugando a los plataformas 3D de PSX y PS2, con que tengo muchísimo cariño al género… Además de seguir siendo mi favorito, claro. Así que, el pequeño renacimiento por parte de desarrolladores indies que sienten lo mismo me encanta, que si bien no es un movimiento tan grande como el de los Metroidvania, ahí está. Es por eso que no podía de dejar de sonreír mientras vi Ary and the Secrets of Seasons durante la pasada Gamescom 2019.

Ya había visto por redes sociales la obra de Exiin, pero al verla en persona, me hizo «click» al instante, y me volví a sentir un crío que tenía mucho tiempo libre para jugar. En esta propuesta, seguiremos las aventuras de la joven Ary, que vive en el mundo de Valdi, donde cada reino está siempre en una de las cuatro estaciones. Sin embargo, una fuerza maligna ha provocado el caos, al pasar cada reino a una estación completamente diferente. Así que, junto los Guardianes de las Estaciones, Ary debe encontrar la fuente de esta destrucción y ponerle fin.


La premisa es bastante de juego plataformero, ya que eso nos da pie a visitar todo tipo de mundos, a través de un HUB para cada una de las regiones. En la demo que nos enseñaron, pasaron directamente a la conclusión del reino invierno, que ahora estaba todo derretido al haberse pasado a la estación del verano.

Ary and the Secret of Seasons

Esto no solo produce un cambio en el ambiente del escenario, sino que afecta por completo a su arquitectura. Al fin y al cabo, en una estación donde el frío está a la orden del día, no hay agua para nadar, sino que tenemos una superficie de hielo sobre la que patinar. Luego, las estructuras se han hecho de hielo, de modo que en el verano, de repente hay estanques llenos de agua y esos edificios no son más que un recuerdo.

Es aquí donde entra la mecánica que más me gustó de Ary and the Secret of the Seasons: poder usar bolas de «energía de estación» con nuestro tirachinas. En esencia, se puede disparar unas bolas que crean una zona en la que tiene lugar la estación de esa bola. Por ejemplo, podemos crear una zona en la que sigue siendo invierno, otra en la que es verano, etc. En este caso, al lanzar las bolas de invierno, se podía pasar por un puente de hielo que estaba sobre el agua, para así poder llegar a lo que era una alta torre completamente de hielo.

Por suerte, hay potenciadores de esta energía, y eso es lo que hay justo en la base de la torre. Al dispararla, el radio de acción de la estación aumenta considerablemente. Al ser el último nivel de ese mundo, ya sabéis lo que eso supone: un bonito jefe final. La bola está encadenada a un pájaro gigantesco, y si queremos devolver esta región a su estación original, toca derrotarle.

Ary and the Secret of Seasons

Este combate tiene dos fases. La primera es puramente plataformera, al seguir al pájaro para mantenernos en el radio de acción de la esfera, ya que el jefe va ascendiendo, y sin la torre de hielo, no podemos seguirle. Más adelante, al llegar a una zona más terrestre, el seguirle, las estructuras de hielo se convierten en una especie de obstáculos, ya que lo que antes era algo artístico, pasa a ser una serie de elementos sobre los que saltar para mantenernos en plena persecución.

Así hasta llegar a un claro, donde llegó la hora de enseñarle al pajarraco quién era el que mandaba. Aquí, entre la combinación de las esferas de estaciones, los reflejos de Ary y su espada, se lograba derrotarle y devolver toda la región a su estado original. Esto hace que el mundo cambie de forma radical, lo que potenciará la búsqueda de tesoros en las regiones «curadas», además de notar cómo cambia todo a nivel de vida, ya que los ciudadanos volverán a sus hogares. Este será uno de los puntos fuertes de Ary and the Secret of Seasons, ya que cada región será completamente diferente, y el cambio entre el estado modificado y el original es apabullante.

Aunque el grueso de la demo que el estudio enseñaba se centraba en este combate, también pude ver algún que otro nivel más estándar, sin jefes finales de por medio. Aquí, el tema de las bolas de estaciones se usará bastante para resolver todo tipo de puzzles, además de emplearse en secciones de plataformas. Por ejemplo, había unos bloques de hielo grandes, por lo que al lanzar una bola de invierno, podemos crear una plataforma. Si el bloque gira, entonces tenemos un desafío plataformero, y cosas por el estilo.

Ary and the Secret of Seasons

Realmente vi Ary and the Secret of Seasons muy completo, ágil y divertido… Salvo en el combate. Vi varias peleas contra enemigos estándar, y aquí esa sensación de peleas como en los plataformas de PS2 volvió. No creo que vaya a ser lo más divertido de la propuesta, pero al menos será funcional. Lo que sé es que me llama menos la atención que todo lo demás, salvo que se combine con las demás mecánicas. En principio, esto pasará en pequeña escala, al haber enemigos que por ejemplo llevan escudos de hielo. Si lanzamos una bola de verano, dicho escudo se derretirá, lo que reducirá su defensa. Es algo que espero se aproveche al máximo, ya que combates normales no creo que vayan a tener mucha chicha.

Me hizo gracia la anécdota de los chicos de Exiin de que, al principio, cuando les decían que Ary and the Secret of Seasons parecía un juego de PS2, pensaban que lo decían a modo de insulto por los gráficos. Sin embargo, ya se han dado cuenta que es por la estructura y el «feeling» que transmite el juego, y no podía estar más de acuerdo. Es el juego de acción y plataformas más de la era PS2 que he visto en bastante tiempo, y me encanta. Eso sí, hasta el 2020 no podremos adentrarnos en este aventura estacional, con que habrá que armarse de paciencia, ¡y coger ropa de abrigo y verano como preparación!

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